martes, 20 de marzo de 2007

La historia de la peninsula medieval

La historia medieval de la Península Ibérica se puede subdividir en dos períodos: a) Preponderancia musulmana hasta la mitad del XI, b) período de la Reconquista hasta el XIII.
a) El período de dominio islámico (711) se caracteriza por una preponderancia política y cultural de los árabes, aunque nunca consiguieron conquistar toda la Península. La España musulmana (Al-Andalús) era un estado independiente gobernado por el emir de Córdoba, que tras el 929 asumirá el título de califa. La unidad política del califato se romperá a causa de rivalidades internas. En el 1031 el último califa deja Córdoba comenzando un período de disturbios dentro del mundo musulmán español, formándose en las provincias pequeños reinos independientes llamados reinos de taifas, unos 30.
Estos reinos eran muy débiles para oponerse a los cristianos que desde el siglo IX intentaron expandir, de nuevo la esfera cristiana, a pesar del fraccionamiento de las fuerzas cristianas y de su rivalidad. Desde el siglo X podemos observar reagrupamientos estatales en España: el Reino de León (heredero del antiguo reino Astur-leonés), Castilla (antes perteneciente a León), Galicia (antes también perteneciente a León), la región en torno a Porto buscó también su independencia, en 1140 el conde de Porto asume el título de Rey de Portugal; Navarra, que con Sancho el Mayor (+1035) tiene un primer florecimiento y extensión, somete León, Castilla y el condado de Barcelona creando así un vasto reino que se descompone tras su muerte.
Podemos así hablar de 5 reinos cristianos: Navarra, Barcelona-Aragón, León-Castilla, Galicia y Portugal. Estos reinos no eran formaciones naturales o étnicas, sino puramente artificiales y dinásticas. Cuando en 1083 el rey Alfonso VI de León toma la ciudad de Toledo, los musulmanes pidieron ayuda a los almorávides (= los que viven juntos en una comunidad armada) del norte de Africa, los cuales batieron al rey leonés en 1096 e incorporaron la España musulmana a su reino del norte de Africa que se transformará así en una provincia suya.
Al final del siglo XI en Aragón se empieza a preparar un poco las cruzadas, ya que Sancho Ramírez, rey de Aragón, reclutó a millares de caballeros franceses contra los musulmanes, que tenían la finalidad de luchar contra los enemigos del cristianismo y adquirir tierras, realizando la llamada Expedición de Barbastro (1074). Con relación a esta expedición se discute, por parte de los estudios, sobre una eventual aprobación por parte del papa Alejandro II que habría concedido a los combatientes una indulgencia. Sancho y sus sucesores conquistaron así el reino musulmán de Zaragoza.
En el sur de Zaragoza un antiguo caballero del rey Alfonso VI de León y Castilla se creó un reino propio en Valencia, en medio de los musulmanes, Don Rodrigo de Vivar llamado el Cid (Mi Señor) Campeador (=combatiente victorioso, pero vasallo). Creado su principado defenderá Valencia de 1094 a 1099 contra los almorávides hasta su muerte en Valencia (+1099).
La iglesia española estaba dividida entre mozárabes y cristianos de observancia franco-romana en Cataluña. Los mozárabes, en las regiones cristianos del norte, tenían su centro espiritual en Santiago de Compostela donde, desde el siglo IX, se veneró la tumba del Apóstol Santiago el Mayor. Todavía Compostela no era sede episcopal perteneciendo a la diócesis de Iria, en el siglo XI se trasladará la sede de Iria a Compostela. El papa León IX ha excomulgado en el sínodo de Reims (1049) al obispo Gesconio de Compostela por llamarse Episcopus sedis apostolice. Será el papa Urbano II quien en 1095 aprobará el traslado de Iria a Compostela concediendo la exención de Compostela con respecto a la metropolitana de Braga
El rito visigótico-mozárabe de los cristianos españoles había suscitado ya las sospechas de la iglesia franca. Gregorio VII fue obligado a sustituir este rito antiguo por la liturgia romana. Había sospechas de herejía hacia este rito.
El papado reformado estaba insatisfecho con la organización diocesana de la Península, pero no hizo cambios radicales. En la práctica los cambios realizados supusieron que la sede primacial de Toledo se restaurará en 1088 pero con otra función. El nuevo arzobispo, Bernardo, que era un monje cluniacense, fue legado pontificio del papa con la finalidad de acercar la iglesia española a Roma. En el siglo XII comenzará propiamente la reconquista.

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